La normalización lingüística de Galicia, otra gran anormalidad democrática pagada con el dinero de nuestros impuestos, está creando una neolengua como seña de identidad que sustituya a la raza en el imaginario "nazionanista".
Después de la ignominia nazi, las personas civilizadas y cultas del mundo entero, pensamos que ya nadie se atrevería a retratarse usando los conceptos de raza, superioridad racial o predestinación genética como armas ideológicas. De la mano de los nuevos conocimientos biológicos nos llegaron los argumentos que refutaban tal pretensión.Obras como la de Lewontin, No está en los genes. Racismo, genética e ideología, u otras como La Biología como arma social aludian a esta cuestión con títulos expresivos. El nacionalismo etnicista cambió raza por lengua y donde dije digo, digo Diego.
Las lenguas son instituciones de la sociedad civil generadas como órdenes espontáneos por la participación descentralizada, a lo largo de generaciones, de multitud de personas que son los únicos sujetos de derechos lingüísticos, de libertades negativas.Ésto nada tiene que ver con el diseño, por espúreos intereses políticos o de los políticos, de una neolengua. La ilegítima discriminación positiva en pro del gallego no es más que la liquidación de los derechos de los que hablamos español, lengua tan propia y tan gallega como lo seamos sus hablantes.
Al socialismo de todos los partidos, famoso por la escuela austriaca de economía, hay que añadir el nacionalismo de todos los partidos del espectro político en Galicia. No olvidemos que el PP de Fraga fue el responsable de la Ley de Normalización Lingüística y su nefanda puesta en vigor. Hoy con Núñez Feijoo abunda en el mismo error. ¿Qué podemos esperar de quien afirma que la "identidad galleguista forma parte de nuestros genes"?
Genes no, Sr. Feijoo. Neolengua tampoco, grazas!
lunes, 5 de febrero de 2007
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